Ricardo Rojas Espejo
COMO SI HUBIERA MATADO UN ANGEL
Cuentos
Héctor Amarante
En los cuentos del libro Como si hubiera matado un ángel, de Ricardo Rojas Espejo, existe una solidaridad moral con la vivencia del barrio, con la crónica urbana de un pasado no lejano el cual se une al conjunto de experiencias del hombre, del ser narrador, del artista quien al llegar a estos estadios no pretende olvidar sus años de formación como individuo.
De allí ha surgido una tendencia narrativa relacionada con lo social, con el realismo doméstico literario, del cual Ricardo Rojas es un deudor cabal. Siete cuentos, entre los que exite el llamado relato como subgénero o subtexto, caracterizan a este volumen de la serie ediciones Angeles de Fierro, ediciones de neta raigambre francomacorisana. Hay textos en los cuales va aquella institución local del ferrocarril, ese mismo que trajo en un pasado más o menos lejano el progreso al pueblo, un progreso indudable, pero también cuestionado y cuestionable de acuerdo a uno de nuestros más ilustres pensadores: Pedro Fco. Bonó, el nunca cabalmente ponderado autor de la novela El Montero, publicada en 1952.
En el relato titulado La sombra fatigada del vagón azul, el autor recurre a romper la historia, y esos puntos suspensivos tan usados en el cuento que da título al libro le sirven a Ricardo Rojas para desubicar la historia que viene contando a fin de reiniciarla, o bien, con un complemento narrativo, o bien, con una digresión que sirve a la poética de su estilo, uno consistente en organizar la historia del texto, pero haciendo mucho énfais en la fabula.
Podría decirse que esa poética narrativa –y narratológica- no consiste en exaltar grandes principios ni muy morales ni muy humanos, sino esos, o aquellos, que devienen elementales de los recuerdos de la adolescencia, una adolescencia nunca cansada, nunca adinámica, porque las vivencias del barrio tenían a protagonistas de la talla del autor, lleno de sensibilidad, de nervio, de vitalidad, de eso que hoy llamaríamos solidaridad social.
No deja de haber en lotananza una politización en cuentos como el titulado Como si un rayo, en el cual el personaje narrador en primera persona rememora un acontecimiento de violencia policial contra manifestantes escolares y contra jóvenes de barrios adentro, esa misma juventud tan valiente de un pueblo al que el autor resalta en sus justas dimensiones históricas. La prosa de este relato es de frases breves, locomotoril, precisas, llevando al lector un ritmo narrativo de doble paso.
Otro cuento como Don Ramón, no tanto politizado como de fuerza socio-humana, tiene un final tan sorpresivo como valioso en función de ser la característica esencial del trabajo. Junto a cierto antiheroicismo, como en el cuento que da título al libro, es decir, Como si hubiera matado a un ángel, aparece cierta inclinación a destacar lo psicosocial, como en el cuento Ladridos, una especie de reflexión sobre la soledad, la angustia, la incertidumbre. Esos ladridos insisten: descalabrando la atmósfera. Asfixian. Aprietan. Acorralan. Todo porque uno imagina que alguien ahora es víctima de dentelladas blancas, como garfios de cal o alfileres ensangrentados (sin misericordias) Se estrellan altisonantes, desgarran los muros untados de sombras”. El relato abunda en simbolismos e imágenes que haciendo poético el cuadro no deja de aludir a un infiernillo de violencias azules.
Una coordenada vital, de frustración, de eso que la condición humana a veces nos deja como amargura de vida queda reflejada en el cuento Tardanza, en el cual un personaje -Ricardo usa mucho la primera persona en sus cuentos más vigorosos- queda sorprendido por su propia decidia cuando se entera que la potencial amante se había suicidado al dejar de ver pasar a quién había construido una estatua al amor platónico sin atreverse a pasar de ahí. Como si hubiera matado a un ángel es libro de cuentos, de relatos, con tipos tan comunes como excelsos en su cotidianidad.
Nostalgia en el proceso de ir madurando la individualidad es lo que refleja este texto de Ricardo Rojas Espejo, uno de los narradores de la camada de escritores que aporta vitalidad a la tradición literaria dominicana y uno de los narradores de su pueblo de pulso literario tan nervioso como la característica psico-colectiva de la urbe de San Francisco de Macorís.
Literatura, periodismo, cultura, cultural, poema, poesía, letras, dominicana,vanguardia ciencias, arte,grecia,áfrica,escritores,novelistas,narradores, israel,occidental,oriental,contexto, contextualismo,joven poesía,dominí,literario,suplemento, historia,ensayo,cuento,novela,cátedra,teatro.
Páginas
- Página Principal
- reconocimiento a un escritor
- Distincion al Merito Virgilio Diaz Grullon para He...
- EL DIA ENFERMA
- Cuando conoci personalmente a Hugo Chavez Era el ...
- CUANDO CONOCI A LEONEL FERNANDEZ Hector Amarante E...
- cuba en septiembre 2011
- postumismo y vedrinismo
- mora serrano. postumismo y vedrinismo
- las lineas de nazca
- Carta al Director de Inmigracion de Republica Domi...
- Un libro de pastor de moya- el humo de los espejos...
- cuando conoci a Evo Morales
No hay comentarios.:
Publicar un comentario