miércoles, 24 de setiembre de 2008

Antología Apices Cortados con Claves de Estambres


Antología Apices Cortados con Claves de Estambres

Héctor Amarante

"Apices cortados" -1era edición 2008- es el libro – antología dedicado a la obra del poeta contextualista Cayo Claudio Espinal, quien es un escritor sumamente trascendente. Con una expresividad verbal basada en el lenguaje del mito, de la historia, del sueño, del vuelo de pájaro, del mágico encanto de la flor convertida en oro-palabra, del valor de las ciencias, del complejo de las culturas, del sentido de un humanismo trascendido al origen del hombre, de su historia, el autor del texto teórico "Comedio", base del movimiento Contextualismo constituye el símbolo más supremo del concepto Poesía en un país desvalorizado, caótico, sombiezidado por un materialismo crudo, voraz, posesionado en un tiempo y un estadio en la historia del país que no tiene parangón con ningún tipo de caída al fondo del abismo más desespiritualizado de que se tenga noticia en el país; en razón de todo eso se eleva mucho más el valor de un poeta como el que ha dado lugar a la antología bajo el título "Apices cortados", editado y publicado por el Consejo Editorial de la Secretaría de Estado de Cultura de la nación, presidido por el ensayista José Rafael Lantigua.

Los libros del movimiento literario Contextualismo tienen un sello, una marca, un signo distintivo que los caracteriza: 1ero, el corpus teórico expuesto en el libro “Comedio” y en el texto creativo “La mampara”, ambos escritos por Cayo Claudio Espinal.

Esos libros hace mucho tiempo empezaron a ser tomados en cuenta por parte de intelectuales como Diógenes Céspedes, Lupo Hernández Rueda, José Rafael Lantigua, Bruno Rosario Candelier, Plinio Chahín, Manuel Mora Serrano y otros críticos literarios dominicanos que en diferentes momentos y circunstancias han abordado libros contextualistas.

En sus juicios se han distinguido reflexiones en torno al valor de una creatividad signada por la historia, por la historia de un cambio en cuanto al proceso escritural; esos críticos preponderan los valores y los trascendentales aportes hechos por el movimiento literario fundado por el autor de “Acontecen neblinas” y “Banquete de aflicción”; los libros escritos por Espinal y otros miembros del movimiento Contextualismo, han servido para que se determinen dos tipos de circunstancias histórico-literarias:

a)primero, el de los autores que se han atrevido a la rebeldía en un país literario donde eso está prohibido ante el miedo a la ruptura, a la transgresión y al sueño del trastorno de la tradición con el fin de enriquecerla. Su osadía es un hecho histórico enmarcado en el complejo entramado de las luchas y conflictos sociales, de cuyos efectos no escapa la literatura.
Algunos críticos- escritores, especialmente Diógenes Céspedes, se han atrevido con libros como Sombra de nada, de Víctor Saldaña; Serie de senos, de Manuel Llibre, En el Jardín de las ánades, de Jim Ferdinand, y así como los precitados títulos de Cayo Claudio Espinal, (La Sangre Ajena, libro contextualista del crítico-creador Diógenes Céspedes es un texto que se suma, como texto literario de vanguardia, en todos los sentidos y exigencias del protocolo del movimiento).
b)La segunda circunstancia es el de ver que estos textos poéticos del movimiento Contextualismo también han servido para ver encresparse de espanto el cadáver endiosado y fantasmal de aquellos críticos literarios dominicanos que han preferido convertirse en fantasmas, fantasmas que se dejan ver, pero no hablan, o si hablan no escriben en torno al primero de estos hechos históricos que tienen que ver con los libros del movimiento.

Los arúspices del Contextualismo son aves sacrificadoras de esos críticos que vienen mirando para otros lados ante una magia especial: la de la literatura contextualista que ha irrumpido en la República Dominicana a partir de la fundación del movimiento que conjuga artes, ciencias, tecnologías, culturas en el acto de la creación.

En el prólogo de la antología “Apices cortados”, contentiva de intensos fragmentos de los libros de Cayo Claudio Espinal, el prologuista expresa: “Toda antología es una amputación...Es necesario advertir al lector que la amputación y el crimen cometido es mayor en el presente caso, en razón de que los textos del autor están siempre contextualizados con muchos otros, y es imposible comunicar simultáneamente sus estructuras, por lo que queda siempre excluido un resto que produce paso a paso el sentido que ofrece la estructura general, la cual se hace más compleja al encontrarse conectada a las artes, las ciencias,las tecnologías y las culturas, cuyos sentidos están sometidos a la permanente intercontextualidad que funda su especificida de manera vanguardista”.

En el libro-antología se da una panorámica de las etapas creadoras de Cayo Claudio Espinal: una neoclásica, según la realidad reseñada por el prologuista, otra pluralista y la tercera contextualista, expresividad esta última fundada por el propio poeta.

En torno a su libro titulado “Clave de estambres” el poeta mantiene la gran intensidad poética de sus libros anteriores. “Clave de estambres” es un libro que riela entre el ensayo poético, la historia poetizada, la ciencia ficcionalizada o ficcionable, la tecnología en imagen escritural, todo junto con la orientación hacia el mito, la mistica, la naturaleza, las culturas, en especial, la oriental, la africana, la judía, con el complemento del misterio, de la Ley, los números, el origen, la muerte, la rosa, la astronomía, los viajes, la carne, el amor a Cayoacán, la teogonía, la mujer, Dios, el amor a los fundadores de la patria, el polvo, Yucahu (dios de la yuca) la navaja del árbol, América, la geometría, los dioses del oro, las cuerdas atando los universos, las fundaciones de lo nuevo, los universos paralelos y los que se bifurcan, la historia local, “la historia siempre se crea conectada con otra que no sabe de lo que habla”, la Historia universal, los colores en su teoría (Goethe) los héroes, el caos, la máquina abridora de flores, el juego del go, colinas en despliegue de verdes, las ciudades visitadas, el motor del acto poético, la luz, el ángel, el ave y su vuelo, el paraíso, el juego del gran Inmenso, la savia, el Siglo XVI, la pintura, el mal, el mar, la anémona, el Golem, la estrella, y el dolor. Son, uno por uno, parte de los temas, conectados en un instante eterno en que la Poesía concreta en experiencia, en ideas, en sentidos, en belleza, en acto histórico.

La estructura profunda de la obra “Apices cortados” es una cadena montañosa Los Andes de un discurso poético derivado hacia infinitos transgredidos por una osadía expresiva sin comparación en la poesía escrita en español, a no ser que se parangone con los grandes monumentos de la poesía universal vanguardista: Los cantos de Maldoror, Las iluminaciones, y otros grandes monumentos poéticos, (me viene a la memoria el poeta dominicano Enrique Eusebio) a los que se suma, desde ya, el libro “Claves de estambres”. Es así porque se trata de un discurso que continúa partiendo en dos el coco (cuco) de la tradición anémica del mismo discurso poético por el mismo discurso poético, sin crítica, sin color, sin sangre, sin desapegos de los viejos pliegos - los mismos rieles roídos, de un decir que se tuerce el cuello del ganso sobre su mismo decir.

!Se rompió la isla hace casi dos docenas de años y hay quienes no agarran sus remos! El Capitan de “Claves de estambres”, de “La mampara”, de “Comedio”, capitanea en la proa mientras arrugados marinos fuman la pipa del ocio, del cansancio literario light, mirando las espumas del pasado, sin apercibirse del nuevo canon, del nuevo código.

La manifestación histórica de la escritura contextual alcanzó banderas, levantó anclas, con “Claves de estambres”, como causa y efecto de un hecho escritural que el Contextualismo ha puesto de manifiesto para que se conozca la Ley, la nueva, la del discurso literario dominicano contextualista.

La carga transportada es grande, monumental, mientras la nave cursa mares de imaginación, ideas, fijaciones de nuevos patrones de escrituras cambiando las aguas de océanos profundos.

Los frágiles códigos del poeta “ocupado” por la parálisis de estos tiempos se los están comiendo los pulpos de lo viejo que no quiere o no puede rejuvenerse. Basta, para estar claro en esto, con una lectura detenida de “Claves de Estambres”, viniendo de una relectura de “La mampara”, claro, sin dejar de pasar el puente de “Comedio”. Y es que aún no es
“Tarde: el gris está rosado , hasta la luz le sucede, vergüenza de pasado”

El poeta personaliza los elementos con que hace su poesía en clave de estambres:

"Las hojas incesantemente aprenden muerte, trasladan la memoria del Paraiso, agigantan sus frondas para convertirlas en los tratados que conmueven a las colinas",
!Poetas del patio, arriad tu miedo y conviértelo en luz del nuevo código!.

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